21.5.21

La expulsión de los moriscos


Miguel Nieto Morales

Una vez que los musulmanes dejaron de ser la población hegemónica en la península Ibérica, llegaron momentos tristes para la población de este credo. Entre 1604 y 1614 tuvo lugar la expulsión de los moriscos del conjunto de los territorios de lo que hoy conocemos como España. Esta empresa afectó a casi 300.000 personas y está considerada según las palabras de un historiador del protestantismo, como la más importante migración religiosa, en términos cuantitativos de la Historia de la Europa moderna.

Loa expulsados se instalarían en toda la cuenca del Mediterráneo, en las orillas pero principalmente en el norte de África. Los moriscos eran los descendientes de los musulmanes españoles obligados a elegir conversión o exilio, ya en 1502 para los que vivían en en las tierras de Castilla y en 1526 para los que habitaban en la Corona de Aragón.

No queriendo sacrificar ni su tierra ni su fe, la inmensa mayoría se convirtió al cristianismo pero manteniendo claramente su fidelidad al islam en la intimidad del hogar. Hacia 1525, los 300.000 o quizás 350.000 moriscos representaban alrededor del cinco por ciento de la población total de las Coronas de Aragón y Castilla. Sin embargo, su distribución era muy desigual a través de los distintos territorios. Constituían la mayoría de la población del recién conquistado Reino de Granada, una quinta del de Aragón, siendo escasos en el resto de territorios.