Irene Moreno Catalán
La unidad fue la clave. Los reinos cristianos han vencido a las huestes almohades en la batalla de las Navas de Tolosa.
Los cristianos olvidaron sus peleas territoriales y tuvieron un objetivo común: vencer a los musulmanes, dejando así paso libre para la recuperación de los territorios al sur de Sierra Morena. En este 1212, la facción cristiana formada por unos 70.000 soldado encabezada por Castilla, derrotó a los 120.000 musulmanes del imperio almohade en el norte de la provincia de Jaén, junto a Despeñaperros. Sin embargo, la guerra nos acerca tanto a la gloria como a la tragedia: sobre el campo de batalla, miles de cuerpos sembraban y tenían de sangre los campos de las Navas de Tolosa.
La tarde del 16 de julio de 1212, Alfonso Vlll junto al arzobispo de Toledo, don Rodrigo Jiménez de Rada, recorren impaciente el campo del horror, la batalla había apenas durado unas horas y todo era ya desolación y muerte.
En efecto, la batalla de las Navas de Tolosa fue una gran tragedia para el imperio almohade en la enínsula Ibérica. Con esta histórica victoria de la alianza cristiana se inicia el cambio en el mando del dominio musulmán en la península. Las Navas de Tolosa fue sin duda la batalla más importante de la recuperación del territorio musulmán por parte de los cristianos.