La debilidad del poder manifestado en al-Ándalus ha vuelto a quedar fragmentado en reinos de taifas, lo que ha permitido a los cristianos del norte avanzar hacia el sur. Este avance, sin embargo, se ha visto interrumpido por la llegada de pueblos norteafricanos.
La pérdida de Toledo en 1085 ha provocado que los musulmanes de España recurrieran a convocar al imperio almorávide, con Yusuf a la cabeza. Este pacto se llevó a cabo para que los almorávides recuperaran Toledo pero desgraciadamente, no ha sido así. Cuando las tribus bereberes llegaron a la península consiguieron unificar las taifas y poner cierto orden político. Al-Ándalus se vino abajo y hubo una fragmentación en pequeños reinos denominados como segundos reinos de taifas.
Más tarde llegó a la Península un nuevo poder, el de Ibn Tumart ,un bereber nacido en las montañas del Atlas, que creó un nuevo movimiento religioso, los almohades, un imperio que reconstruyó Al-Ándalus y ganó a muchos cristianos, además de construir muchos edificios importantes. Tiempo después, los almohades fracasaron, al-Ándalus no se pudo reunificar de nuevo por el fuerte avance cristiano y la España musulmana quedó reducida al reino nazarí de Granada.
